Nuestro amor hacia los demás ¡y de los demás hacia nosotros! solo es realmente posible cuando nos queremos y valoramos.
Brilla alto, brilla fuerte. Brilla siempre, de adentro hacia afuera.
Lee esta guía cada vez que necesites fuerzas para seguir adelante.
Aprende a disfrutarte día a día. ¿De qué sirve que te critiques? La mente atrae todo lo que piensas y deseas. Visualízate feliz, saludable. Párate todos los días frente al espejo, sonríete y repite: “Soy irremplazable”.
Ámate con todas tus fuerzas. La felicidad no depende de factores externos. Para poder amar a los demás primero te tienes que amar a ti. Ámate de pies a cabeza, cada detalle: tu piel, tu mirada, tu sonrisa, tus arrugas, tu cuerpo, tu delicadeza, tu sensibilidad, tu ternura, tu pasión, tus batallas.
Sé tú. No trates de cambiar quien eres para complacer a los demás. Deja de torturarte por el qué dirán. Recuerda, es tu vida y nadie puede vivirla por ti.
Realiza actividades que te apasionen. Cultiva pasiones propias. Aunque compartir con la familia y los amigos es una gran bendición, trata de encontrar también actividades en la que puedas desarrollarte, sin que esto te moleste, te preocupe o te haga sentir culpable. Dedícate el tiempo que mereces.
Respeta tu cuerpo. Ten control sobre tu cuerpo. Cuídate y come saludable, notarás un cambio positivo, camina, baila, ejercítate. Nunca es tarde para sentirte y lucir como siempre has querido. Dedica unos minutos cada día para cuidar tu apariencia. Arréglate, saca el mejor provecho de tus atributos naturales. Eso también te ayudará a proyectar seguridad.
Cultiva tu independencia. Traza metas y ponles fecha. Haz un plan para conseguir eso que siempre has deseado. No se valen las excusas: Todo lo que te propongas lo puedes lograr. Eres fuerte y mereces lo mejor.
Proyecta seguridad, agradece los buenos comentarios de las personas que te quieren y no dudes de quién eres. Cree firmemente en ti.